lunes, 26 de noviembre de 2007

La Web 2.0 hacia las aplicaciones en línea - Raúl Ramírez Sánchez

Lejos quedaron los tiempos de la primera Web, con fondos grises y poca o nula interacción con el usuario; lo actual es la llamada Web 2.0, caracterizada por propiciar la interacción entre sus usuarios, quienes en aras de usar el servicio, al final generan el contenido. Se puede decir que esta fiebre de la Web 2.0 la inaugura Google cuando el 2 de abril de 2004, lanza Gmail, su servicio de correo gratuito con una capacidad insospechada para su tiempo; desde entonces, son miles los productos que los emprendedores tratan de capitalizar.
Un sitio Web 2.0 se identifica por un diseño agradable, lleno de colorido, gradientes y tipografía enorme (incluso en el diseño, se ha creado toda una tendencia a este respecto, pero este tema merece un análisis aparte). Utiliza tecnología AJAX, acrónimo de Asynchronous JavaScript and XML (JavaScript asíncrono y XML), que es una técnica de desarrollo web para crear aplicaciones interactivas, las cuales se ejecutan del lado del cliente, es decir, en el navegador del usuario, y mantienen una comunicación asíncrona con el servidor, redundando en interfaces de usuario más amigables con una mejor interacción, más veloces y eficientes. AJAX ha provocado el auge de esta tecnología por representar una de las opciones más eficaces para mejorar la navegación en la Web.
En sus inicios, la Web no era más que un sistema para desplegar información; su auge surge por fines meramente científicos, que han derivado en aplicaciones de software en línea que compiten con clásicos programas de escritorio, de los cuales algunos apuestan en su totalidad con las suites de ofimática como Microsoft Office, o aplicaciones de edición de imágenes que, sin llegar a la sofisticación de Photoshop, satisfacen las necesidades de un usuario medio.
El término Web 2.0 engloba conceptos más allá de la tecnología, pues la característica fundamental de este tipo de servicios es el “capital social” generado por los usuarios y sus interacciones. Un servicio Web 2.0 debe tener miles o millones de usuarios para ser considerado como tal y es, precisamente, este “capital social” lo que le otorga valor.
Otra característica de las aplicaciones Web 2.0 es que siempre se presentan en versión beta, lo cual puede analizarse desde dos perspectivas: la de los pesimistas que critican este tipo de estrategias, en tanto siempre existe la posibilidad de “lavarse las manos” si algo falla y, por otro lado, la de los optimistas quienes consideran que los usuarios son parte fundamental del producto y deben fungir como co-evaluadores del producto que se desarrolla de manera abierta e introduce nuevas funcionalidades cada mes, cada semana, e incluso, cada día. No es casual que servicios como Gmail, Flickr, del.icio.us, Google Maps y muchos otros ostentaran en su logotipo la leyenda “beta” por años.
Algunos de los representantes más importantes del mundo Web 2.0 son Flickr con grandes cantidades de fotografías, cuidadosamente catalogadas por sus dueños; Youtube, el popular servicio de videos; del.icio.us, con millones de links categorizados y ordenados por temas y popularidad; los cuales hacen uso de tecnologías AJAX y, a su vez, presentan características de las redes sociales, como son la colaboración y la interacción entre usuarios. Servicios de este tipo son muy atractivos para grandes corporaciones como Google, Yahoo o Microsoft, que ante la imposibilidad de crearlos, han optado por sacar a relucir la cartera y adquirirlos en cifras millonarias.
A decir de muchos, la fiebre por la Web 2.0 puede ocasionar otra burbuja tecnológica similar a la que ocasionó “la crisis de los .com”, donde la desconfianza de los clientes y la ausencia de un modelo de negocio bien definido provocó que entre 1999 y 2003 el sector tecnológico atravesara uno de sus momentos difíciles. Durante ese período, más de 4,500 compañías de Internet desaparecieron, ya sea por haber quebrado o por fusionarse.
Asistamos o no a una nueva crisis en el ámbito de Internet, el concepto Web 2.0 revoluciona el medio y la manera cómo lo concebíamos. La premisa es transitar de una Web estática hacia otra de aplicaciones destinadas a los usuarios, con el objetivo de que este tipo de servicios sustituyan de forma gradual a las aplicaciones de escritorio en muchas de sus tareas. Grandes compañías identificadas con aplicaciones de escritorio clásicas, como Microsoft y Adobe, ya se han puesto a trabajar para estar a la vanguardia. La idea final es tener un auténtico sistema operativo basado en web (Web OS), donde el acceso a la información no dependa de una sola computadora
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http://www.oei.es/noticias/spip.php?article1222

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